Juan José García
Ninguna autoridad, desde 1885, tuvo la osadía de arremeter con una institución sensible al pueblo, porque de él emana. Hasta que…
FÁBULA:
Pasó un burro por el prado y en vez de soplar la flauta –por casualidad- pisó sus propios excrementos soberbiosos; resbaló con aquello y todo comenzó a oler mal:
- ¡Anda, simplón, que no sabes distinguir una flauta de un mojón!
Y va el tío y se cabrea con la flauta, que puede resultar la de Hamelín;,que el personal está que trina.
¡Error! Craso Error. De verdad, concejal (que no el de Cultura), sino el plenipotenciario que la “caga” a diario.
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Hay un run run en la ciudad: Y cuando la cloaca suena, viento o mierda lleva.
Suenan voces, otras veces angelicales. Pero no son serafines que llevan y traen los maletines.
Arpegios-rebuznos de presuntos asnos, surcan los espacios de atrevimiento ¿Qué se habrá creído ése?
Se encapota el cielo con nubes pardas de tormenta. El horizonte viene oscuro; ruge el interiro del campo. Parece que va a parir la montaña, y este parto no va a ser el del ratón –Centro Comercial de por medio--. ¡Ojo al parche de los tambores!
No puedo hablar más claro, ni quiero, por si el colosal entuerto tiene todavía componenda. Y para advertir de la que esta cayendo –el que avisa no es traidor-, me invento una metáfora… O dos.
Fueron montera en mano a pedir la oreja, no la del toro, sino la del picador que pica promesas que luego no puede cumplir. Y como no están en el Reglamento… así el resultado. ¿No oyen el elocuente silencio de la solidaridad?
Lo que traigo esta mañana es otra cosa, que no la mariposa comercial que revolotea por los multicines ¡No! Es el vuelo del moscardón que advierte de un peligro, el de reventar algo consustancial, galardonado y efectivo.
Los implicados saben perfectamente de qué estamos tratando ¿Para qué dar cuartos al pregonero? Tiempo habrá - ¡Vive Dios!. Para la Rebelión de las Masas, de Ortega y Gasset, a compás de minué.
- ¿Y eso qué es?
- Ese es el problema, que el burro no entiende, ni pita la flauta… por casualidad, confunde la charanga del Maestro Conejo con el Amor Brujo de Falla y ahí es donde fallan.
Pues si no están a la altura, que se vayan.
No hagáis el ridículo, hijos míos, que eso deshonra más que el propio deshonor. Y una advertencia en buena lis, concejales, concejalas de mi bravo ayuntamiento, subyugado: lo que se propone es un atentado contra un bien cultural, noble y antiguo, aplaudido, cincuenta millones de veces, en Andalucía y España. Y esto, en clave de apoyo y respaldo, es otra cuestión: Do-re-mi-fa-sol… Sol-fa-mi-re-do ¡Viva la banda!
¿Quién es usted, presunto mequetrefe, para romper nuestro patrimonio? ¿Para tanto da un acata de concejal?
Por Juan José García
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