lunes, 23 de noviembre de 2009

Paro general agrario: el campo debe movilizarse a favor de otro modelo de producción y distribución agrícola




Declaración de Izquierda Anticapitalista

Estos días 20 y 21 de noviembre, los sindicatos agrarios COAG, ASAJA y UPA, han convocado a un paro general en el campo, y a una gran manifestación en Madrid el 21 de noviembre. Con el lema: “El campo se arruina, movilízate”, están realizando una campaña que pretende la implicación de todos los ayuntamientos rurales y la solidaridad masiva de la sociedad rural.

El descontento de los agricultores es una realidad. La renta agraria ha descendido un 26% en los últimos cinco años; hay una pérdida de 124 mil empleos en el sector agrario; los costes de producción se han incrementado el 34 %; y hay un descenso generalizado en los precios de origen, por la práctica oligopolista de las cadenas alimentarias. La gran distribución controla el 82% de las compras y se aplican márgenes que, en algunos casos, son del 1,200 por cien entre el precio pagado al agricultor y el precio del consumidor.

El sector agrario está viviendo una crisis profunda y, por ello la movilización en el campo es necesaria. Un mundo rural vivo sólo será posible a través de la movilización de las y los campesinos en oposición al actual modelo de producción agrícola y a la agroindustria. El futuro del campo está en la lucha.

El paro general convocado estos días 20 y 21 pone sobre la mesa la crisis del campo y la necesidad de soluciones, y señala el camino de la lucha como única solución. Por ello desde Izquierda Anticapitalista apoyamos las movilizaciones y pensamos que su éxito es clave para el futuro del campo. Al mismo tiempo, pensamos que las mismas presentan límites importantes en su discurso y que es necesario ir más allá en la crítica al actual modelo agroindustrial. Las reivindicaciones de las organizaciones agrarias, como precios justos, fiscalidad adecuada, plan de financiación...son positivas, pero es necesario oponerse globalmente al actual modelo de producción agrícola y ganadera dominado por las multinacionales y que es el causante de la crisis del campo. Las agromultinacionales ponen en nuestros mercados productos producidos a 2 mil kilómetros de distancia y a costa de la explotación de campesinos, de los trabajadores rurales asalariados, la destrucción de la tierra con la siembra de monocultivos y transgénicos donde utilizan grandes cantidades de petróleo, abono y agrotóxicos. Sin un cambio de fondo de modelo, no habrá futuro para el campo, los pequeños agricultores y los trabajadores rurales asalariados.

Es necesario plantear una transformación radical de la Política Agraria Común (PAC) que sirva de apoyo a los pequeños campesinos y que tenga como objetivo mantener e incrementar la población rural. Una PAC que apoye a la agricultura local, ambientalmente sostenible con biodiversidad y con prácticas agroecológicos que lleven a producir alimentos saludables en mercados locales y a consumidores directos.

Otra exigencia central debe ser la desaparición de los cultivos transgénicos que tan graves consecuencias tienen para la salud humana y el medio ambiente, creando una fuerte dependencia del agricultor de las transnacionales. El Estado español, en particular en Catalunya y Aragón. es un de los países donde se cultivan más transgénicos.

Hay que fomentar también un verdadero de plan de reconversión ecológica de la economía y de fomento de las energías renovables, desmarcándose de las falsas soluciones como el incremento de los agrocombustibles, que entran en competencia con la producción de alimentos y que han favorecido los aumentos de precio de cereales y grano a escala internacional, en el marco de la crisis alimentaria que estalló en el 2007.

Para combatir al actual modelo agroindustrial es necesario buscar una alianza entre pequeños campesinos y las y los trabajadores asalariados del campo, que sufren condiciones de trabajo de explotación y miseria, uniendo os problemas respectivos y tejiendo las alianzas necesarias. Y, a un nivel más general, es necesario impulsar una alianza del campo y de la ciudad. El cuestionamiento del actual modelo agrario requiere una alianza entre campesinos y trabajadores rurales, y consumidores, organizaciones ecologistas, y sindicatos (especialmente en sectores como la gran distribución comercial, donde la mano de obra es fuertemente explotada). Esta es la perspectiva estratégica de fondo trabajar.

La crisis del campo y el mundo rural requiere movilizaciones que cuestionen de base al actual modelo agroindustrial. Creemos que este es el enfoque que debería tomar el movimiento campesino en el estado español, y sus movilizaciones futuras.

Esta semana, precisamente, en Roma más de 600 delegadas y delegados de organizaciones campesinas, pescadores, consumidores críticos, pastores, mujeres, jóvenes, etc., se han reunido en un foro paralelo a la Cumbre de la FAO, para contestar a preguntas como: ¿Qué agricultura puede enfriar a nuestro planeta? ¿Qué solidaridad entre el campo y la ciudad? ¿Qué modelos alternativos de comercialización? ¿Cuál es el papel de las mujeres, campesinado, pastores, de las comunidades rurales en la construcción de la soberanía alimentaria?

Las demandas y las luchas de la contra-cumbre en Roma marcan lo debería ser los ejes de un movimiento campesino opuesto a la agroindustria, a la globalización neoliberal y a las multinacionales, en favor de un mundo rural vivo, de un modelo de producción agrícola basado en la soberanía alimentaria, que devuelva el control de la producción a las y los productores, y en el que todas las personas del campo, pequeños campesinos y trabajadores/as del campo tengan derecho a una vida digna.

Por un mundo rural vivo!
¡Movilicemos el campo a favor de otro modelo de producción y distribución de alimentosl!

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