ENTREVISTA REALIZADA PARA EL DIARIO PUBLICO.
Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda (IU), busca la Utopía en medio de una crisis en la que ni Anguita plantea el comunismo como alternativa.
En estos tiempos de crisis, en los que Felipe González no ve "alternativa al capitalismo" y Julio Anguita renuncia "a la opción del comunismo", un utópico resiste como Astérix contra el Imperio Romano.
Juan Manuel Sánchez Gordillo, líder de la formación nacionalista Colectivo de Unidad de los Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierdas (CUT-BAI) y alcalde de la localidad sevillana de Marinaleda, sigue creyendo en la revolución obrera como pócima de humanidad, justicia y sostenibilidad.
Habla desde la experiencia de quien lleva tres décadas alzando la hoz y quitándoles el caviar a los caciques para que los trabajadores coman pan.
Sueñe por un momento. Métase en el pellejo del presidente del Gobierno y explique si, como Aznar, también sabe cómo salir de la crisis.
La situación en la que estamos la ha provocado el mercado, que ha demostrado su inutilidad. Hay que recurrir a un Estado solidario y sostenible, a la empresa pública y a la nacionalización de la banca. Y se deben reconocer de una vez derechos como la vivienda, la alimentación, el trabajo o la educación. Ya está bien de hacer negocio, por ejemplo, con el suelo. Un alquiler no puede superar el 20% del salario mínimo.
Y por dónde empezamos...
España debe convertirse en un estado federal o confederal y municipalista . En la actualidad los ayuntamientos no tienen dinero y muchas de sus competencias se las ha arrebatado el Gobierno central. Hay que buscar el pleno empleo dándoles a los trabajadores el acceso a los medios de producción. Es necesario organizarse por cooperativas para, de este modo, lograr la vivienda y la educación universal y gratuita.
Parece difícil tender hacia esto cuando ya ni Anguita ve una alternativa en el comunismo y el socialismo.
Es normal que ya no se atreva a plantear el comunismo o el socialismo como alternativas porque nunca han funcionado. Bueno, porque nunca se han llegado a aplicar. Desde Lenin nadie ha planteado un comunismo de verdad, sino más bien un capitalismo de Estado. Es necesaria una alternativa al capitalismo, un sistema que necesita del hambre, la guerra y la explotación para sobrevivir. Podemos llamarle Humanitarismo del siglo XXI, o Socialismo de rostro humano. Y no estaremos proponiendo nada nuevo: Cristo, Gandhi, el Che o Bakunin ya lo intentaron.
¿Quién le pone el cascabel al gato?
La Revolución tiene que venir de abajo a arriba. Justo lo contrario de lo que ha hecho Zapatero al darle el dinero a los bancos, que acumulan riqueza suficiente para reflotar toda el África subsahariana. Hay que lograr que la gente decida sobre lo que es suyo, lo que se consigue con unos ayuntamientos fuertes. No puede ser que los ciudadanos voten cada cuatro años y luego se olviden de ellos. Ahora manda el dinero y quienes lo manejan, gente a la que nadie ha votado.
Está diciendo entonces que la gestión de la crisis por parte de Zapatero no le convence...
Zapatero es el gran engaño del PSOE. Se llama de izquierdas y en realidad es de derechas. Es un manijero del capitalismo.
¿Quién es el principal responsable de esta situación?
El 90% de la culpa la tienen los bancos que, por desgracia, mandan sobre los medios de comunicación y tienen la capacidad para crear necesidades. Los ciudadanos se limitan a picar el anzuelo. Sería necesaria más austeridad.
"Austeridad". Eso es lo que pide el presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán.
Díaz Ferrán tiene muy poca vergüenza. Es el verdadero delincuente de esta sociedad, el verdugo. Está desacreditado moralmente. ¿Cómo puede pedir más austeridad cuando él tiene un contrato millonario?
El caso es que cada vez hay más voces, entre ellas el presidente Obama o el ex presidente Felipe González, que alertan de que se están cometiendo los mismos pecados que nos han llevado a donde estamos.
El principal problema es que la izquierda no tiene fuerza y ha desperdiciado la oportunidad de cambio que ha planteado la crisis. A eso hay que sumarle que los sindicatos no están a la altura, que son sindicatos del poder. Nadie está dispuesto a asumir la Revolución hacia la Utopía, cada vez estamos más lejos de ella.
¿La salida de la crisis pasa por subir los impuestos?
Yo estoy a favor de subir los impuestos, pero a la duquesa de Alba y a Botín. Los ricos son quienes deben pagar. No se trata de subir el tabaco, sino de gravar el capital.
Historia de una Utopía
Hace tres décadas, los marinaleños no tenían ni un mendrugo de pan que llevarse a la boca. Corría el año 1979 y España vivía sus primeras elecciones municipales de la actual democracia. Las tierras de Marinaleda, localidad sevillana que en la actualidad cuenta con 3.000 habitantes, pertenecían a un terrateniente que, en el mejor de los casos, proporcionaba un mes de trabajo al año.
"Los que no tenían ni palabra debían recuperar lo que la burguesía les había robado", explica Sánchez Gordillo, quien organizó y lideró la asamblea de los trabajadores, un órgano de poder colectivo que daba voz a todos los lugareños y que pervive hasta hoy.
La asamblea, punto de partida de la revolución, sirvió para expropiar las tierras al cacique de manera progresiva y ponerlas al servicio de los más pobres... que eran casi todos.
A partir de ahí, el órgano empezó a cubrir las necesidades sociales básicas e hizo especial hincapié en la vivienda. El Ayuntamiento facilitaba a los trabajadores suelo municipalizado, el material, los albañiles y asesoramiento, ingredientes que se combinaban con el trabajo del "autoconstructor" y futuro inquilino. Esta fórmula, que aún perdura, permite a las familias acceder a la vivienda por un precio que ronda los 15 euros al mes.
"El problema de la vivienda se solucionaría si el 80% del suelo fuera público, porque el 62% del precio es el valor de ese suelo", asegura Sánchez Gordillo.
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