miércoles, 7 de abril de 2010

CARTA DEL PERIODISTA PABLO TORRES, SOBRE EL LINCHAMIENTO CONTRA EL JUEZ GARZÓN


Mis queridos amigos:

Asistimos paralizados al linchamiento que se hace desde
el Tribunal Supremo contra el juez Garzón, por el tremendo delito de
investigar los crímenes del franquismo (la otra causa también había
sido antes desestimada). El director del linchamiento es el juez
Varela, perteneciente a la asociación Jueces para la Democracia… (¿A
qué esperan para expulsar a ese infiltrado?). Para linchar a Garzón
utilizan las "contundentes pruebas" de un seudosindicato de extrema
derecha, ¿Manos Sucias?, y de Falange Española y de las JONS,
partido político muy conocido por sus actividades democráticas
durante el franquismo más criminal (Ver fosas comunes repartidas por
todo el territorio español, a partir de 1939). La Fiscalía está en
contra de los procesamientos. Las no "pruebas" dan risa.

Al linchamiento ahora se ha sumado el Consejo General del Poder
Judicial. Ya sabemos que Margarita Robles, amiga del juez Varela,
también quiere acabar con Garzón, antes incluso de estar formalmente
sentado en el banquillo (la realidad es que el Tribunal Supremo ya
le ha condenado). La manifiesta enemistad de Margarita Robles hacia
Garzón es antigua. El juez Varela y Margarita Robles están dando
auténticas lecciones de franquismo: justicia al revés, o no
justicia. Y de paso, el juez Varela, de Jueces para la Democracia,
impide investigar los crímenes del franquismo.

Para ver una actuación judicial tan calamitosa, parcial, malintencionada y soez, hay que retrotraernos al franquismo, con Franco. Las causas que de forma inquisitorial se siguen contra Garzón no tienen el menor sentido, salvo escarmentarle y dar un serio aviso a los demócratas: aquí todo sigue atado y bien atado, como dijo Franco. Ya se hizo una ley de punto final. El franquismo y sus crímenes fueron amnistiados. Los criminales pueden moverse libremente por donde quieran. Y el que no lo acepte… procesado. Como en los mejores tiempos de los Tribunales de Orden Público, de la dictadura.

Recurro a mi libertad de expresión, sin saber si acabaré procesado por
este escrito, ante la falta de intelectuales de verdad que, al modo de
Zola, denuncien las aberraciones jurídicas que se siguen contra
Garzón. Aquí no hay intelectuales: aquí sólo hay garbanceros al
servicio de los que mejor paguen.

No tienen pruebas contra Garzón: investigar el franquismo es una
necesidad democrática, para reparar de una vez a las víctimas del
franquismo. Procesar a Garzón es procesar a los demócratas, es procesar
a la democracia.

El espectáculo que nos ofrece el juez Varela, con la complicidad del
juez Prego y todos esos jueces franquistas que han colonizado el
Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial, es bochornoso.
España vuelve a ser una vergüenza en el extranjero, porque sus jueces
parecen más atentos a perpetrar venganzas personales que a cumplir con
las leyes democráticas (ni siquiera se puede entrar en el tema de las
sentencias: sería mucho peor).

Espantado, asustado, me manifiesto, por tanto, contra el
linchamiento del juez Garzón. Me manifiesto contra esos jueces
presuntamente democráticos que, con métodos franquistas, quieren
acabar con la investigación de los crímenes de la dictadura. Me
manifiesto para pedir la investigación de los crímenes del
franquismo. Me manifiesto contra las leyes de punto y final que
amnistían a criminales de guerra. Me manifiesto por la libertad y la
democracia.

Pablo Torres (Periodista).
Premio Ortega y Gasset de Periodismo Gráfico 2005.

Desde este sitio nos adherimos y solidarizamos con la causa de Garzón y os pedimos que difundáis este escrito. Si estos jueces actúan así contra un juez de prestigio internacional, de solvencia jurídica contrastada, ¿Qué barbaridades no podrán hacer contra cualquier ciudadano anónimo?

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